Está claro que el verbo de moda es “digitalizar”. Todo se digitaliza, desde los procesos de negocio hasta los propios productos. Desde la atención al cliente, hasta la vigilancia. Podríamos poner mil ejemplos de procesos que se han digitalizado y han cambiado la forma en la que las personas los utilizamos en ámbitos como el comercio, el ocio, la salud…
Este proceso de digitalización afecta a todos los campos y como era de esperar el ámbito de los sistemas informáticos y más concretamente el hardware, no iba a ser menos.
Cuando utilizamos las consolas de los entornos virtuales, ya se intuye que la forma de utilizar el hardware ha cambiado. Desde la consola creamos máquinas virtuales que emulan las máquinas físicas, con su memoria, su procesador, sus tarjetas de red, etc. Debajo de esa consola lo que ocurre es que, mediante instrucciones de software, le decimos al hipervisor que se encarga de interactuar con el hardware real, cómo va a ser esa interacción.
Un paso más se ven en los sistemas cloud como Azure o AWS, en donde además de máquinas virtuales, existe un número cada vez más alto de servicios. Servidores, redes, cortafuegos, Bases de datos, concentradores, etc. Algunos de estos servicios, eran hasta hace poco, piezas de hardware físico que había que adquirir, alimentar refrigerar y mantener. Hoy, cuando pulsamos el botón “Aceptar” de la interface de una de estas nubes, lo que ocurre es que se disparan una serie de instrucciones software que le indican a la plataforma que “cree” o modifique los componentes necesarios
En un paso más, los principales fabricantes de hardware están creando sistemas de todo tipo, servidores de computación, sistemas de almacenamiento, de networking, cortafuegos, sistemas de seguridad que, unidos a potentes sistemas de gestión y a través de API’s, han conseguido hacer realidad los conceptos del Software Defined DataCenter (SDDC).
Estas tecnologías, nos permiten definir todos los componentes que habitualmente forman parte de la infraestructura, a través de instrucciones de software. A poco que tengamos imaginación, nos daremos cuenta de que, si organizamos todas estas instrucciones en piezas de software más grandes, como scripts, podremos lanzar comandos capaces de crear toda la infraestructura necesaria para mantener un proceso de negocio de manera “automática”.
Así, por ejemplo, podemos tener scripts para definir espacios de almacenamiento y redes, scripts capaces de crear una “imagen” de un servidor con un su sistema operativo e incluso un software de gestión instalados. Cuando necesitamos un nuevo servidor de ese tipo, simplemente ejecutaremos las instrucciones que se encargarán de definir el uso de procesador, la memoria, el almacenamiento que utilizará y otro script que sobre ese “hardware” instancie una máquina usando la imagen predefinida.
No es difícil imaginar cómo podemos hacer evolucionar este sistema para componer entornos complejos que reflejen todas las necesidades de, por ejemplo, un ERP.
De la misma manera, podríamos tener todo nuestro entorno definido mediante instrucciones de software y hacerlo correr con pequeñas modificaciones para crear un entorno de pruebas o desarrollo.
¿Hacia dónde nos lleva esto? A poder tener sistemas que responden automáticamente a eventos predefinidos, como pueden ser errores en el hardware subyacente, de tal manera que sean capaces de redefinir la utilización que hacen de ese hardware (Self-healing). O a tener entornos de pruebas y desarrollo completos que se crean y destruyen de manera automática al publicar una modificación en las aplicaciones que albergan (DevOps).
En cualquier caso, si necesitamos o queremos sacar ventaja de este tipo de entornos definidos por software, es recomendable contar con la experiencia y el asesoramiento de técnicos experimentados que, tras la pertinente consultoría, sepan diseñar el sistema para que soporte estas tecnologías.
No es solo cuestión de que podamos ejecutar scritps, sino de que el entorno soporte las necesidades del negocio y de que podamos aprovechar las ventajas de la digitalización del hardware.
– Isidoro Fraile, Director de Tigloo Infraestructuras
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